La Confederación Europea de Cooperativas (CECOP) informó  de que sus miembros crearon unos 40.000 puestos de trabajo para personas discapacitadas o en riesgo de exclusión social.

La agrupación, que aúna a cooperativas de trabajadores, cooperativas sociales y empresas participativas de 16 países europeos, organizó una conferencia el 25 de noviembre en el Comité Económico y Social para explicar el rol de estas entidades en la integración laboral de las personas vulnerables.

De sus 50.000 miembros, unos 9.000 tienen por primera misión integrar a las personas en riesgo de exclusión laboral o social -discapacitados, inmigrantes, expresidiarios o desempleados de larga duración, entre otros- ofreciéndoles un puesto de trabajo.

Esta función social de las cooperativas varía según cada país. Es de especial relevancia en Italia, donde tienen una gran implantación y generan 35.000 empleos para personas en situación de desventaja y el 69 % de los puestos de trabajo para discapacitados.

Asimismo, en Rumanía o Bulgaria, estas entidades son las que más personas discapacitadas físicas o mentales emplean.

El comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, Laszlo Andor, afirmó durante la conferencia que «la importancia de las cooperativas fue olvidada hasta la crisis» y, en este sentido, incidió en el papel que pueden jugar en un momento «en el que el paro exige explorar todas las vías para crear empleo«.

Andor destacó que estas organizaciones ayudan a luchar contra la desigualdad laboral, favorecen la inserción social y contribuyen a la estabilidad financiera de las sociedades donde se encuentran. «El fin último de la Comisión Europea es elaborar un marco legislativo que permita a las cooperativas competir en igualdad de condiciones que el resto«, añadió.

El secretario general de CECOP, Bruno Roelants, destacó también la «capacidad de resistencia» de las cooperativas frente a la crisis, ya que «desde 2008 ha habido pérdida de empleos y quiebras, pero mucho menos que en otros sectores«, señaló.

Estas organizaciones ponen especial énfasis en la formación de las personas con riesgo de exclusión para que, una vez preparadas, puedan tener un puesto regular en la organización, lanzarse a la búsqueda de trabajo fuera de la cooperativa o incluso crear sus propias empresas.

El valor añadido de estas entidades, a juicio de Roelants, reside en su modelo de gestión -en el que los trabajadores son los gestores y accionistas de la entidad- puesto que favorece una mejor integración de estos empleados al tiempo que refuerza su capacidad de responsabilidad y autonomía, tanto personal como económica.

Asimismo, puso de relieve que el trabajo generado por las cooperativas es de larga duración.

En cualquier caso, el responsable de CECOP ha llamado a las instituciones europeas «a poner aún más el acento en la prevención» de la exclusión para «ahorrar gastos en rehabilitación».

De cara al futuro, la Confederación prevé desafíos derivados de la «profundización de la crisis», ya que ésta acarreará un aumento de la población vulnerable, una mayor necesidad de empleo y al mismo tiempo una disminución de la financiación disponible.

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2013/11/25/agencias/1385395828_383800.html